cursed

La maldición ha caido sobre nosotras porque por alguna extraña razón no he podido celebrar de manera deslumbrante el cumple de Mona. La semana pasada, el día oficial, no pudimos salir por falta de auto (aunque lo compense con la compra de algunos juguetes) y el día de hoy con todo y que nos levantamos temprano todo salió mal. En el auto Mona se comportó, por fin pero la que se portó mal fui yo debido a que di una vuelta prohibida en la tan vigilada avenida de los Insurgentes y pues tuve problemas con la justicia. El policia no dejaba de acercarse y Mona como buena guardaespaldas siempre trató de marcar territorio y el exceso de trabajo la agotó. En fin, cuando por fin llegamos al parque, Mona estaba exageradamente nerviosa y a todos los perros que se le acercaban les ladraba horrible y no dejaba de pedirme que la cargara. Pobresilla pequeña, el día en lugar de ser especial resultó más estresante que la visita al veterinario. Así que he decidido que basta de celebraciones y Mona y yo visitaremos los parques que quedan por la casa para no tener la necesidad de usar el auto